¡Hola! Me llamo Magdalena Yáñez pero en esta oportunidad les hablo desde mi alterego llamado Impakmane, muy melómana y quien se sumerge con quizás mucho entusiasmo en la cultura pop . Aunque humildemente me considero una “básica” en cuanto a música, mi interés por explorar y comprender va más allá. Eso a menudo me atrapa en el mal del periodista: saber un poco de todo, pero no siempre poder profundizar en cada tema como quisiera.
Tengo una curiosidad inagotable por de entender todo los que nos rodea desde una perspectiva musical. Para mi es una de esas pasiones que me consume, y aunque no me considero “la más experta”, no es una barrera para sumergirme completamente en ella.
Desde pequeña, mi papá me inculcó su amor por la música. Uno de mis recuerdos más vívidos son los juegos de adivinanzas que hacíamos durante los viajes en auto. Mi padre me hacía adivinar el nombre las bandas solo escuchando el sonido de la guitarra, la batería o el tono de la voz (lo que yo no sabía era que estaba entrenando mi oído musical).
Una de las bandas que se quedó conmigo Boston, en particular su canción “Don’t Look Back”. Esta canción es un gusto adquirido gracias a mi papá; su energía, el mensaje y la mezcla de los instrumentos me hacen sentir una conexión directa con esos viajes en auto de mi infancia.
Por esta misma razón, una de mis películas favoritas es La Era del Rock, que tiene un sountrack increíble. Además, pertenece a uno de uno de mis géneros favoritos: los musicales, claro, contada través de los vibrantes éxitos de Def Leppard, Joan Jett, Journey, Foreigner, Bon Jovi, Night Ranger, REO Speedwagon, Pat Benatar, Twisted Sister, Poison, Whitesnake, y otros.
También me declaro fan #1 de Alan Menken, uno de los compositores más icónicos de Disney: su música literal es parte de la banda sonora de mi vida. Películas como La Sirenita, Hércules, La Bella y la Bestia, Aladdin, Pocahontas y, más recientemente, Enredados, para mi son auténticamente obras de arte.
La capacidad de Menken para transmitir emociones a través de sus composiciones me ha inspirado desde que era niña, y como auténtica Disneyadult, valorar enormemente su trabajo. En esta entrevista se profundiza en su proceso creativo, y es fascinante conocer el detrás de escena de esas melodías que han acompañado a tantos.
A raíz de esto, como alguien con mente curiosa, siempre me he preguntado cómo funciona la protección de la música. ¿Recibe Alan Menken regalías cada vez que una de sus películas es reproducida en Disney? Esta pregunta me lleva a ser una pieza clave en este equipo para entender el tema de las patentes musicales y los derechos de autor.
Es fundamental saber cómo las composiciones pueden ser protegidas para asegurar que los artistas reciban el crédito y la compensación que merecen por su trabajo. La música no solo genera emociones, sino que también es un producto que debe ser defendido ante cualquier tipo de explotación injusta. Mi objetivo es que este tipo de información sea más accesible para quienes, como yo, sienten curiosidad por la industria detrás del arte.
Por esta razón decidimos como Grupo 5 hacer este proyecto para hacer esta información accesible para todo el mundo, en especial porque ahora hay una industria en Chile que puede permitir a artistas emergentes la oportunidad de sacar partido a su talento oculto.
Te dejo invitadísimo/a a revisar esta entrada de mi compañera Carolina Silva.
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