El trabajo y la participación laboral juegan un papel fundamental en la inclusión social, influyendo en la calidad de vida y la autonomía de cada persona. La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006) garantiza su derecho a trabajar en condiciones de igualdad, comprometiendo al Estado de Chile a asegurar su acceso e integración en el mercado laboral y a mejorar el marco legal para garantizar el respeto de sus derechos. En este contexto, el III Estudio Nacional de la Discapacidad analiza la inclusión laboral de las personas con discapacidad y se exploran las diferencias con respecto al resto de la población.

El estudio engloba los principales aspectos que describen la situación laboral de las personas, clasificando a la población en tres categorías: empleados, desempleados e inactivos.

 

Porcentaje de la población adulta según condición
de actividad, por situación de discapacidad

Cuatro de cada diez personas con discapacidad están empleadas, lo que significa que trabajan en algún tipo de actividad remunerada. Sin embargo, más de la mitad de las personas con discapacidad están fuera del mercado laboral, ya que no trabajan ni buscan empleo, lo que representa una de las principales disparidades que afecta a este grupo de la población.

Dentro del grupo de personas empleadas, un porcentaje más alto de PcD trabaja de manera independiente en comparación con aquellos sin discapacidad.

 

Porcentaje de la población adulta ocupada según
categoría ocupacional, por situación de discapacidad

Un estudio realizado por Cadem para Microsoft Chile en 2019 encuestó a más de 45 empresas, de las cuales el 80% considera que sus empleados con discapacidad son tan eficientes como alguien sin discapacidad. Y al momento de contratarlos, las habilidades que más se valoran son la experiencia y conocimientos específicos (71%); y luego el trabajo en equipo y habilidades sociales (64%).

A su vez, un 51% de las empresas asegura que el 1% de sus trabajadores tiene alguna discapacidad y señalan que incorporarlos a sus equipos de trabajo fue una experiencia positiva (97%) “por su contribución al clima laboral” (40%); “por sus competencias y habilidades” (37%); y “por los resultados de su trabajo” (20%).

En este mismo estudio, el 89% de los encuestados indicó que la tecnología en general es una herramienta completamente inclusiva para las personas con discapacidad, y su contribución es significativa (67%). Office y Windows son las herramientas más utilizadas por los empleadores (80%); aunque sólo un 33% de ellos reconoce estar al tanto de que dentro de ellas hay varias opciones inclusivas.

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