Mientras en Chile muchas voces eran silenciadas por la dictadura militar, Alicia Vega encontró en la educación una forma de resistencia. Cineasta, investigadora y pedagoga del cine, dedicó más de 30 años a realizar talleres de apreciación cinematográfica en sectores populares de Santiago, formando a más de 6.000 niñas y niños.
Vocación por el cine y la educación
Nacida el 23 de agosto de 1931, desde muy temprana edad Alicia mostró vocación por la ensañanza y trabajo social. A los 13 años se convirtió en monitora de catequesis, donde bajaba al lecho del río Mapocho en busca de niños que quisieran prepararse para su Primera Comunión.
Al terminar el colegio, fue diagnosticada de tuberculosis. La enfermedad la obligó a permanecer en cama durante 5 años, por lo que no pudo ingresar a la educación superior. Durante ese tiempo, descubrió el cine y nació un vuerte vínculo hacia él. Al recuperarse, decidió seguir ese interés con convicción. Fue así que en 1956 ingresó al recién creado Instituto Fílmico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, integrando a la primera generación de alumnos.
Fotografía de Alicia Vega en sus días universitarios
Cine Foro Escolar: enseñar a mirar y pensar
Entre 1980 y 1985, Alicia Vega se desempeñó como directora de la Oficina Nacional de Cine del Episcopado. En dicha época creó el programa de Cine Foro Escolar, donde 40.037 estudiantes de Santiago participaron de sesiones de apreciación cinematográfica en el Cine Arte Normandie. El objetivo del programa era fomentar el pensamiento crítico de los escolares a través del cine y las artes.
Talleres de Cine para Niños: educar en marginalidad
En 1985, Alicia Vega creó el Taller de Cine para Niños. El programa que se llevó a cabo en diversos sectores vulnerables del país, durante 30 años. Su propósito era acercar el cine a niños marginados, excluidos del acceso a la cultura y al sistema educativo formal. Para lograrlo, ideó una forma de enseñanza lúdica y accesible. Mostraba películas, impartía clases sobre cine y usaba juegos visuales como el zootropo. También guiaba a los niños en la creación de objetos artesanales y organizaba exposiciones de estos.
Fotografías de los talleres impartidos por Vega
Esta experiencia fue registrada en el documental Cien niños esperando un tren (1988), dirigido por su exalumno Ignacio Agüero. La película no solo retrata la cotidianidad y el entusiasmo de los talleres, sino que también visibiliza la realidad de la infancia en sectores marginados durante la dictadura. Con ello, consagró al cine como una herramienta de educación y transformación social.
Tráiler de “Cien años esperando un tren”, documental disponible en YouTube
El valor del cine para las infancias
El denominado “apagón cultural” y el decreto 679 del Ministerio de Educación, vigente durante la dictadura, redujeron el arte de muchos espacios en el país. Los sectores más vulnerables sufrieron especialmente esta exclusión. Y Vega lo notó desde las primeras sesiones del taller, cuando varios niños le contaron que nunca habían ido al cine. Ante esa ausencia, la cineasta entendió que su labor con los niños era abrir un mundo que hasta entonces les habían negado.
Me parece que son los que más están sufriendo en este momento en el país. Ellos tienen una marginación no solo en el aspecto físico, sino también en el aspecto espiritual… y su creatividad está sin poder expresarse.
Reconocimiento y legado
En el año 2000 fue reconocida como mérito artístico y cultural por la División Cultural del Ministerio de Educación. Más adelante, en el 2008 recibió el Premio Pedro Sienna, otorgado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
En 2017 inaguró la Fundación Cultural Alicia Vega en Providencia, con el fin de preservar, difundir y poner a disposición el patrimonio acumulado durante 30 años. Y lejos de terminar su labor, en 2021 publicó la trilogía Cuadernos de Alicia, una guía pedagógica testimonial para que las y los educadores repliquen sus métodos de enseñanza.
Según la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, alrededor de 6482 niños participaron en los talleres de Vega. A continuación, dejamos en detalle las diversas comunas y poblaciones donde la cineasta ejerció su labor:
Fuente: Fundación Alicia Vega
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