Durante la dictadura militar en Chile, no solo se censuraron películas: también se interrumpió la formación, producción y circulación de cineastas mujeres, muchas de las cuales debieron huir del país y continuar su trabajo en el exilio. Este desplazamiento forzado no solo cambió sus vidas, sino también la forma de narrar, filmar y pensar el cine chileno.
En esta nota te contamos quiénes fueron, a dónde se exiliaron y cómo sus filmografías se transformaron fuera de Chile.
Angelina Vásquez
Exilio: Brasil.
Transformación en su cine:
Vásquez fue una de las primeras mujeres en filmar desde el exilio. Sus obras pasaron de ser registros directos de la represión (Así nace un desaparecido, 1977) a piezas más íntimas y reflexivas, como Fragmentos de un diario inacabado (1983), donde cruza lo político con la autobiografía.
Marilú Mallet
Exilio: Canadá (Montreal).
Transformación en su cine:
En Canadá, Mallet desarrolló una obra marcada por el ensayo fílmico, el uso de la voz en off, y una mirada profundamente personal sobre la experiencia de ser mujer exiliada. Obras como Journal inachevé y La cueca sola abordan la pérdida, la dictadura y la memoria desde una sensibilidad íntima y política.
Valeria Sarmiento
Exilio: Francia.
Transformación en su cine:
Radicada en París desde 1974, Sarmiento desarrolló una filmografía propia y también colaboró como montajista con Raúl Ruiz. En sus películas, como El hombre cuando es hombre (1982), critica los discursos patriarcales desde el humor negro y el melodrama, alejándose del documental militante tradicional.
Vivienne Barry
Exilio: México.
Transformación en su cine:
Barry participó del colectivo Cine Mujer, que abordó temas de género, educación sexual y política desde el documental animado y experimental. Su trabajo representa una apertura hacia otras formas y soportes del cine feminista latinoamericano.
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